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DANZA:
INFINITA CAPACIDAD DE ARTE

Impresión generada. La corazonada. El presentimiento de algo por suceder. La restricción inmanente de la eterna afirmación. La sensación generada por la danza.


Lo que produce, transmite y utiliza el movimiento, el calor interno. Lo que mantiene, lo que domina. Fuego interno y lento que atraviesa y sostiene el virtuosismo. El nivel térmico generado por la danza.


Necesitamos probar, una y otra vez, que el cuerpo de hoy es capaz de mostrarse como un pensamiento-cuerpo. Como danza, como vértigo exacto. Como sensación térmica.

LA COMPLEJIDAD DE LO SIMPLE

Lo había dejado atrás, así que retomo hoy.
Hoy, que encuentro el dispositivo en ese circuito de operatorias que requieren de más o menos complejidad, según el caso. Encuentro y me encuentro en la complejidad de lo simple, que invita a correrse en vez de salir a bailar. Cuando la funcionalidad se dirige al grupo, cuando se abre la mirada y uno aborda la mecánica del movimiento desde y hacia la realidad. Cuando lo mínimo estalla ahí dentro, quizás, sea necesario descomprimir la creatividad y sustituirla por funcionalidad. Sostener y sostener mientras se permite el devenir, sin seguir sacando cosas de la galera.


Se toman las propuestas y se las interviene dentro del dispositivo. Así, uno encuentra el lugar de desfasaje, el hueco para pararse. Y estás listo.

Para correr con decisión, dirigirse hacia alguien y tomar el rol rápidamente; porque hay un sólo momento de levantadas, hay que armar la microsecuencia de dedos, eliminar la rana y desfilar tipo Zoolander todos juntos.
Y todo -pese a que, además, hay que evadir al monstruo, destruirlo y darlo vuelta- es posible porque hay más velocidad, simplicidad y certeza. Porque no hay que olvidar lo más difícil e importante: ante todo, desaparecer en el eje.


Victoria Keriluk

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